Conociendo marcas: The Lab Room.

Hace ya unos años abrieron aquí en Valladolid una tienda fantástica de Make Up Store, y en esta tienda recuerdo que tenían un corner con varias marcas de cosmética nicho con productos de cuidado facial y corporal, entre ellas, una de las que más me llamó la atención fue The Lab Room. Si echáis un vistazo a las fotos estaréis de acuerdo conmigo en que lo primero que llama la atención es su imagen impecable, "classy" y con un toque retro.

Me llamó tanto la atención que en una de mis visitas a la tienda acabé comprando una de sus velas, de la que tengo un agradable recuerdo, y esa fue mi primera y muy positiva toma de contacto con la marca. Ahora, algún tiempo después, he retomado mi "affaire" con The Lab Room, y estoy usando varios de sus productos durante este periodo de cuarentena, y os tengo que decir que cada vez que me los aplico revivo la experiencia de unos tratamientos súper sensoriales, súper relajantes, totalmente de spa. 

The Lab Room es una marca española que nació en 1999 de la mano de su creadora, Mónica Ceño, quien buscaba ofrecer al público tratamientos basados en terapias naturales, aromaterapia y técnicas de belleza orientales. Hoy os quiero hablar de su línea "The Lab Room Beauty Collection", y en especial de su Aceite Detox del que ya os digo que se ha convertido en mi producto "beauty" favorito durante esta cuarentena.

Se puede utilizar en el pelo antes de lavado para fortalecer y nutrir, tras el lavado en las puntas, y deja un olor espectacular, en zonas extra secas masajeándolo o como yo lo utilizao principalmente, como aceite corporal.

Ya sabéis que soy una enamorada de los aceites corporales, desde mi primer embarazo me acostumbré a utilizarlos y no he dejado de hacerlo hasta ahora. Es una rutina que se me antoja súper apetecible de realizar a diario, y he probado muchísimos de estos aceites corporales de todo tipo: naturales, con parafinas, reafirmantes, otros que aportan "glow", y ya os digo que hasta ahora no he probado ninguno como éste.

Se trata de un aceite con una fórmula 100% natural a base de aceites con propiedades hidratantes, reafirmantes y drenantes que ayudan a definir la silueta del cuerpo, frenando la celulitis y mejorando la retención de líquidos. Contiene aceites esenciales de lemongrass, que es bactericida, de gengibre y geranio, muy refrescantes, aceite de almendras dulces, muy hidratante, aceite de germen de trigo,  muy nutritivo, que refuerza los capilares y la regeneración de tejido para promover la firmeza y elasticidad de la piel. Aceite de mandarina y Vitamina E con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Me gusta aplicarlo tras la ducha, con la piel aún húmeda para terminar secándome la piel a toquecitos con una toalla. Deja la piel muy suave, calmada  e hidratada, pero por encima de todo, tengo que destacar su olor. Todos sus aceites esenciales hacen que aplicar este producto sea una auténtica gozada para los sentidos. 

Huele a cítricos y a jengibre, cada vez que lo utilizo en casa me comentan lo bien que huelo, y es que es un perfume que perdura, se mezcla con nuestra ropa, nuestra piel,  y hace que la ducha diaria se convierta en un momento súper agradable y en una rutina de cuidado corporal que estoy deseando realizar cada día. Al fin y al cabo en este periodo tan triste y difícil hay que mimarse y darse un capricho al menos una vez al día, ¿no creéis?

¿Y vosotras también soléis usar este tipo de aceites corporales y multi funcionales? ¿Alguno favorito?