Tarte: máscara Lights, Camara, Lashes.

No soy una chica que siga a pies juntillas las modas que cada cierto tiempo invaden el mundillo "beauty", me gusta ver, leer, escuchar, tocar y así decidir qué es lo que más me conviene o lo que simplemente me gusta y quiero. Pero a veces es imposible no caer en la tentación. Me pasó con Nabla, la marca de productos de maquillaje y cosmética italiana, fue tal el bombardeo al que nos sometió la marca, que acabé cogiéndole manía. Cuando el "momento Nabla" pasó y ya con más tranquilidad, he probado un par de cositas que sí que me gustan.

Me pasó con Kat Von D, el útimo fenómeno abrumador de publicidad en el maquillaje, y también con Tarte, hace unos meses todo el mundo hablaba de Tarte, y más concretamente de sus coloretes con arcilla del Amazonas. Y de ésta última marca os hablo hoy. Tarte aún no se puede comprar en España, así que cuando estuve en EEUU pasé por varios Sephoras, estuve mirando en sus stands y los coloretes, psé, no me parecieron gran cosa, pero como estaba sin máscara y la dependienta me la recomendó muy efusivamente, decidí que éste sería mi primer producto Tarte, la máscara "Lights, Camera, Lashes".

Y es que esta máscara entra por los ojos. Tiene un formato y un diseño espectaculares, de lo más original y bonito que he visto últimamente, así que es fácil sucumbir a ella, pero tras varios meses de uso, os digo que no es oro todo lo que reluce, para mí es una máscara normalita. Empezaré diciéndoos que no es waterproof y que alarga las pestañas moderadamente aportando un color negro oscuro, y que no se desplaza a lo largo del día, no se corre ni mancha la zona de la ojera aunque la llevemos muchas horas. También diré en su favor que no contiene ingredientes químcos desagradables y que me gusta su fórmula ya que no es muy líquida ni demasiado densa. Hasta aquí todo bien.

Todo lo demás que prometen que hace: dar volumen, intensidad, curvatura, en mí desde luego no lo cumple. No aporta mucho volumen, deja un acabado demasiado natural, y apelmaza bastante las pestañas, cosa que odio en una máscara. Además, el aplicador es de lo más incómodo que he probado a la hora de agarrar, demasiado largo, en definitiva un formato muy bonito pero muy grande, nada práctico. Aparte de esto, el goupillón hace que salga demasiado producto del envase y así cada vez que lo usamos se desperdicia mucho producto y el tubo, el aplicador y tus manos acaban hechos un desastre.

Resumiendo, una máscara que no es mala, tampoco de las mejores que he probado, muy bonita pero poco práctica y definitivamente un poco cara, costó aproximadamente 21€, y todas sabemos que hay máscaras mucho más baratas en el mercado y que merecen en mi opinión mucho más la pena.

Contadme, ¿habéis probado algo de Tarte? ¿Me recomendáis alguna máscara de pestañas en particular?

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